Un mundo ávido de datos crea una temática inversora como la del petróleo en el siglo XX

La oferta de semiconductores es insuficiente para cubrir la demanda tanto del mundo tecnológico como de la automoción

La oferta de semiconductores es insuficiente para cubrir la demanda tanto del mundo tecnológico como de la automoción

La industria de los semiconductores impulsará el crecimiento mundial en los próximos diez años debido a un mundo cada vez más ávido de datos. 

Esta revolución es equiparada por los analistas de Capital Group, Matthews Cherian y Shailesh Jaitly, a la que produjo el petróleo en las economías industriales en el último siglo. 

Sin embargo, esta alta demanda contrasta con su enorme escasez. Diego Morales, analista de inversiones de Aspain 11, explica que «la oferta no es lo suficiente grande para cubrir la demanda mundial del componente de los semiconductores».

Según algunas estimaciones, las ventas mundiales podrían pasar de los 450.000 millones de dólares en 2019 hasta casi el billón de dólares en 2030. 

Sólo en 2020 la industria creció un 10,8 por ciento y para este ejercicio los cálculos sitúan este incremento en el 12,5 por ciento, hasta los 522.000 millones. 

Los motivos de este desabastecimiento

La escasez de estos productos industriales está estrechamente ligada con la evolución de la crisis sanitaria. Es cierto que son un componente clave en la industria del automóvil, y que ésta se vio afectada en la primera mitad de 2020 con el estallido del coronavirus y los confinamientos, que desembocaron en una suspensión de la actividad automovilística.

Pero paralelamente, Morales recuerda que hubo sectores en los que la actividad no se vio frenada por la crisis sanitaria sino que se vio incrementada. Por ejemplo, «se disparó la demanda de ordenadores y demás productos informáticos, que necesitan procesadores y tarjetas gráficas diseñadas por compañías como AMD o Nvidia, que también se nutren de chips de Taiwán Semiconductor Manufacturing (TSMC)», aclara el experto.

Y esto se notó en su cotización. Desde el crash de los mercados hasta ahora la empresa se anota una rentabilidad del 148,1 por ciento. Este fuerte crecimiento se vio impulsado por otros episodios como el lanzamiento por parte de Apple del iPhone12 o los estrenos de Sony y Microsoft de sus videoconsolas antes de la Navidad, presionando a la misma empresa y estrangulando aún más la oferta. 

Intel y Samsung, los primeros fabricantes, también notaron en sus resultados este incremento de la demanda.

Otro ejemplo es el índice de referencia, el Philadelphia Semiconductor Index, que no ha hecho más que revalorizarse día tras día (un 125 por ciento).

El papel del sector del automóvil

Con la reapertura de la economía, la demanda de automóviles empezó a recuperarse «antes de lo previsto después de verano», recuerda Morales, y sobre todo la de coches eléctricos e híbridos que consumen una cantidad mayor de chips que los coches de combustión. 

Los fabricantes de automóviles suelen trabajar ‘just in time’, sin stocks, por lo que el inicio de la pandemia y la caída en ventas supuso también una caída en el pedido de semiconductores. 

A medida que se recuperaba el sector, los fabricantes incrementaron el pedido de estos componentes, encontrándose con la «sorpresa» de que otras industrias ya habían acaparado prácticamente toda la producción.  

Aunque los expertos de Capital Group explican que «el sector automovilístico representa un pequeño porcentaje del mercado global de semiconductores», se trata de un área de potencial crecimiento futuro, dada la previsión de aumento de la producción de vehículos eléctricos. 

Por eso se muestran optimistas y creen que la situación podría corregirse hacia final de año, ya que se tardan cuatro meses en fabricarse los específicos para el sector de la automoción.

La UE no quiere quedarse atrás

Los problemas que genera esta escasez hacen que los países no quieran depender ni de una compañía ni de un país tan pequeño como es Taiwán, el principal productor de semiconductores. 

La Unión Europea se ha puesto como objetivo que la producción del 20 por ciento de semiconductores avanzados para el año 2030 se realice en Europa.

Para ello tendrán un papel fundamental los fondos del programa Next Generation, dotados con 750.000 millones de euros, señala Morales. 

Y es que, como recuerda la agencia de valores Portocolom, «en 1990, Europa tenía una cuota de mercado del 40 por ciento en la fabricación de semiconductores a nivel global». 

Ahora es sólo del 10 por ciento. Pero, la desglobalización podría situar a Europa con una cuota del 20 por ciento en el mercado mundial en 2030. Un objetivo ambicioso, pero una gran oportunidad si se sabe aprovechar.

Cómo invertir

Esta temática de inversión presenta un gran potencial de crecimiento. Y hay varias vías para hacerlo, por ejemplo a través de fondos cotizados. Aquí destaca el ETF de Ishares PHLX Semiconductor, que replica el desempeño del índice de referencia. 

Otro ETF destacado es el VanEck Vectors Semiconductor UCITS ETF, que busca alcanzar los rendimientos del Market Vectors US Listed Semiconductor 25. En lo que llevamos de año, el vehículo se anota una rentabilidad del 20,05 por ciento, mientras a un año se dispara hasta el 77 por ciento.

También se presentan como una opción interesante los fondos tecnológicos que invierten en empresas fabricantes de semiconductores. Un ejemplo sería el JP Morgan Funds – US Technology Fund con un peso de cartera en semiconductores del 32 por ciento, y que a un año se revaloriza un 56 por ciento.

Destaca también el Fidelity Funds Global Technology, donde el peso de los semiconductores alcanza el 25 por ciento, con posiciones en las primeras espadas (Intel y Samsung). El fondo gana en lo que va de año un 11 por ciento.

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