Un Plan Marshall energético

El plan para salvar a la UE de las garras del gas ruso topa con la realidad: Europa no tiene instalaciones. Cuestan miles de millones y se tardan años en construir

La importación de GNL forzará a Alemania a construir dos terminales especializadas. Italia, Polonia y otros países deberán tomar decisiones similiares.

La invasión Rusia de Ucrania ha puesto el gas natural licuado en el punto de mira internacional. 

El GNL es un gas natural que se ha enfriado hasta convertirse en líquido. Se puede cargar en enormes buques cisterna para enviarlo a los países que lo utilizan en la calefacción y para generar energía. Si bien la demanda de este combustible se ha disparado en Asia, Europa ha tardado en adoptarlo como alternativa al gas natural canalizado más barato procedente de Rusia, que cubre el 40 por ciento de sus necesidades. 

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