La OTAN que saldrá de Madrid

Cuando se designó Madrid como sede anual, nadie se hubiera imaginado que la OTAN afrontaría la crisis más grave desde su fundación

Praderas verdes atravesadas por limpios riachuelos; palacios y casonas centenarias; caminos bordeados de viviendas de estilo norte europeo con evidentes influencias eslavas... Druskininkai y sus alrededores evocan los exteriores de una película de castillos y princesas. Pero este no es el paisaje de un cuento de hadas, sino el escenario de una pesadilla potencialmente real: un choque armado directo entre Rusia y fuerzas de la Alianza Atlántica, entre las que se cuentan varios centenares de militares españoles.  

Y es que esta localidad de Lituania está en el centro de una franja de territorio –lituano al norte, polaco al sur– de unos 100 kilómetros que separa la Bielorrusia de Aleksandr Lukashenko, el secuaz más servil de Vladimir Putin, y el enclave ruso de Kaliningrado. Es la zona de contacto, la frontera más crítica entre Rusia y la Alianza Atlántica. 

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