José Luis Bonet, presidente de la Cámara de Comercio: “¡Claro que me preocupa la deuda! Pero hay que salvar el pellejo”

El presidente de la Cámara de Comercio de España considera que la reforma fiscal "es una temeridad", a pesar de la presión sobre los ingresos públicos

El presidente de la Cámara de Comercio de España, José Luis Bonet, se sincera en esta entrevista sobre los fondos europeos, el papel de las cámaras para dinamizarlos, y la relación de la política con las empresas.

Considera que la reforma fiscal «es una temeridad», a pesar de la presión sobre los ingresos públicos, y advierte de los riesgos de ir contra «los motores del sistema» económico.

¿Cómo invertiría 140.000 millones para transformar España en un país más competitivo?

El enfoque europeo y el planteamiento del Gobierno español es correcto. El problema está en la ejecución del plan. Además, habría que hacer hincapié en dos puntos que no están correctamente reflejados: el turismo y la internacionalización. Al lado de la digitalización, la sostenibilidad y la formación está la internacionalización.

España dio pasos importantes durante la crisis del 2008 para salir al exterior, pero está lejos de completar el recorrido. En cuanto a la ejecución, los proyectos PERTE están bien. Pero los veo como una manera de aglutinarse en torno a una empresa líder —el ejemplo de Seat en Barcelona es un referente— que, sin embargo, no presta toda la atención a las pymes.

Y España es un país de pymes. En consecuencia, si quieres transformar el país, debes transformar estas compañías. O cómo mínimo ayudarlas a hacerlo. Y esto no es solo una cuestión material. Estamos ante una reinvención de los negocios. En determinados sectores esta realidad es más dramática.

Por ejemplo, el comercio de proximidad está totalmente dislocado. Estos negocios deben reimaginarse: es una cuestión de supervivencia. Soy moderadamente optimista porque entre los empresarios existe este afán de superación. Ya lo vi en la anterior crisis, siendo presidente de Fira de Barcelona.

Fui testigo de cómo algunas pymes empezaron a salir y a digitalizarse. Se salvaron. Ahora debería pasar la mismo: las personas, ante una crisis de la ferocidad del coronavirus, deben enfrentarse a sí mismas. O te rindes y mueres; o luchas y te superas adquiriendo nuevas competencias y repensando el negocio de principio a fin. Esto no es nada fácil y requiere del auxilio de una estrategia capilar, como lo es la estructura de las cámaras españolas, y accesible.

Todo empresario que quiera hacer este ejercicio de recuperación debe ser atendido. Así que este plan debería estar dispuesto a acompañar a quienes quieran ser acompañados. Con sensibilidad, medios, formación y ayudándoles a reimaginar. El Gobierno cuenta con las cámaras. Los fondos europeos sirven, incluso, para incorporar en las empresas perfiles que la ayuden a reinventarse. Las cámaras vamos a jugar a favor de esto.

¿Confía en la gestión política que se haga de los fondos de recuperación?

La gestión política está por ver. Aunque el planteamiento de base es, cómo decía, correcto.

¿Está la colaboración público-privada lo suficientemente madura para distribuir los recursos extra?

Esta es la parte que me hace ser más optimista. Sucede ahora lo mismo que pasó con los que no querían salir hace 15 años. Cuando has estado a puertas de desaparecer, realmente reaccionas y haces este ejercicio de superación. Estás dispuesto a lo que sea. Incluso a que te ayuden de la manera que sea. El Gobierno, por su parte, está dispuesto a poner medios.

¿Tiene el turismo músculo para aguantar otro verano en blanco?

Si no se le ayuda no. Disponemos de un estudio que pone en evidencia el efecto arrastre del turismo. No entraré en cifras pero España, efectivamente, vive de él. Sin matices. Es un sector que se ha hecho a sí mismo. Pero de repente explota todo.

Y ya no solo lo rescatará el proceso de vacunación, sino que también depende de la conectividad aérea, que está por los suelos. Así que la recuperación del sector será lenta.

Los gobiernos deben prestarle ahora la atención que antes le han negado. Piense que el liderazgo de España es un valor indiscutible. Bruselas tampoco hace los deberes siendo Europa líder mundial por países.

Es hora de que se dé al turismo lo que le corresponde por su peso en la economía española y europea, que es muy superior al que indican las cifras directas. Ser líder es muy importante.

¿Qué país considera un ejemplo de ayuda a las empresas durante la pandemia?

España ha sido el que ha puesto menos recursos. Seguramente porque es el país que, probablemente, tiene la peor situación en sus cuentas públicas. La contundencia de la ejecución de las ayudas hasta ahora no ha sido la que me gustaría. Por tanto, hay que animar a todo el mundo a echar el resto.

La suerte es que Bruselas se ha puesto las pilas. Ahora el Gobierno tiene que hacer lo mismo. Algunos insisten en el peso de la deuda. Pero seamos claros, ante una situación de «vida o muerte», no me explique historias. Hay salvar realmente a todo aquel que sea viable sin otras consideraciones.

¿De verdad no le preocupa el nivel de deuda de empresas y administraciones?

¡Claro que me preocupa! Pero hay que salvar el pellejo. Y lo importante son las empresas. Las administraciones son instrumentos al servicio de los motores del sistema, que, insisto, son las compañías.

¿Le preocupan Yolanda Díaz y María Jesús Montero?

No me preocupan porque quien manda es Pedro Sánchez.

Sánchez no parece estar por la labor de la reforma laboral, pero sí de la fiscal…

Es una temeridad en un momento como este. Lo que tienen que hacer es estudiar una buena reforma fiscal que no se cargue los motores del sistema. No ahora deprisa y corriendo meter impuestos por mucho que los necesiten.

El problema del endeudamiento no se resolverá en un año. Y seguramente no tendrá solución sin inflación, como veo en la portada de INVERSIÓN. Así que, en este momento, no se deben poner palos en las ruedas.

¿Cómo valora la gestión del poder que ha desarrollado Podemos?

En un país como España, una economía social de mercado, las políticas tienen que ser coherentes con este sistema. Quien pretenda una política distinta está equivocado. Aunque defiendan elementos por los que yo también abogo, como el ingreso mínimo vital. No debemos dejar a nadie en la cuneta. Esto es una cosa y otra, muy diferente, es gripar los motores económicos… ¿Dónde va usted (en referencia a Podemos)?

La economía social de mercado es la mejor variante del capitalismo. ¿Capitalismo de Estado? Eso es muy peligroso. El liberalismo rampante tampoco me gusta. ¿Cómo analiza el momento actual del «procés»? Lo que no puede ser no puede ser y, además, es imposible. En Cataluña ha habido mucha gente, dos millones de personas -no está mal-, que han seguido un camino imposible.

Se ha visto porque el 2017 no fue una broma, sino una intentona muy seria. Pero fracasó. ¿Qué hay que hacer ahora? Un poco de calma. Debemos reconstruir la situación con paciencia y diálogo para volver a una normalidad que ahora no existe. Hoy estamos en una inflexión. Una inflexión de 700.000 personas que no fueron a votar. Hay que hablar, en primer lugar, con ellos y reconstruir la situación para dejar atrás la actual anomalía.

Hablemos del tejido cameral. ¿Cómo son las relaciones entre la Cámara de España y la de Barcelona?

(Reflexiona durante unos segundos) Digamos que existe conllevancia. ¿Y esto qué quiere decir? ¿Las cámaras qué tienen que hacer? Ser coherentes con las propias necesidades del país y de su sistema. Si eres una cámara que no sigues esa prioridad, estás yendo por los cerros de Úbeda. ¿Y qué hay que hacer en este caso? Pues conllevancia: decir «lo primero es lo primero».

Así que, en cada reunión en la que están presentes, hago referencia a los principios básicos del país, la estabilidad necesaria… Que yo sepa aquí nadie me ha desmentido, aunque luego «allí» digan lo que quieran. Las cámaras están para ayudar a las empresas y no para otro tipo de devaneos que no tocan.

Hay 85 cámaras en España. ¿De verdad considera que son todas necesarias?

Algunas deberían pensar, con toda libertad, si pueden hacer algo más eficiente. Cada una de ellas es libre. Siempre digo que todas las cámaras tienen la posibilidad de hacer un gran trabajo en sus zonas.

Si con su esfuerzo no sale adelante, deberían hablar con otras. De todos modos, piense que son independientes. La ley de 2014 elimina la relación jerárquica entre la Cámara de España y las territoriales. Así que si hay un problema en una cámara, la tutelante es la autonomía correspondiente.

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