El último plan financiero del papa para controlar «el estiércol del diablo»

El papa Francisco intenta reformar las cuentas de la Iglesia, pero se encuentra con la oposición de la curia. Estas son las batallas internas

El papa cree que los 1.300 millones de católicos quieren estar seguros de que su dinero no está siendo malgastado

Cuando los asesores del papa Francisco informan sobre el trabajo que están haciendo para reformar las finanzas del Vaticano, por regla general traen malas noticias. 

Expresan su frustración por la resistencia de la curia romana, la burocracia que dirige la Iglesia católica y que Francisco ha llamado «la última corte que queda en Europa», diciendo que está llena de arribistas y chismes. Los burócratas están presionando contra el impulso de Francisco por la transparencia y la responsabilidad, negándose a renunciar a los privilegios que el control del dinero les otorga, según funcionarios que pidieron no ser citados, ya que estas discusiones son confidenciales.

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