El peligroso juego de Putin

Occidente teme que el presidente ruso quiera liquidar su asignatura pendiente en el perímetro de seguridad que rodea sus fronteras

Angela Merkel lleva días dedicándose a lo que probablemente sea su último servicio como lideresa política y moral de la Unión Europea. La canciller alemana, a la que le quedan pocas semanas en el poder, protagonizó recientemente el primer contacto directo entre un dirigente occidental y el presidente de Bielorrusia, Aleksandr Lukashenko, desde que este ganara fraudulentamente su sexto mandato en agosto de 2020.  

La conversación telefónica se produjo tras varios contactos anteriores de Merkel, y de otros líderes como Emmanuel Macron, con Vladimir Putin, que es quien tiene la capacidad para desactivar la crisis en la frontera bielorrusa con Polonia. Y también de revertir la mucho más amenazante acumulación de tropas rusas en las inmediaciones de Ucrania. La resolución de ambas crisis depende de hasta dónde piense llegar el presidente ruso con su último ataque híbrido a la estabilidad europea y occidental. 

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