El origen del Covid-19 enreda en Wuhan a proyectos y financiación de los EEUU

La idea de que el Covid-19 se fugara de Wuhan compromete al responsable estadounidense de pandemias ¿Quién cofinanció el laboratorio y por qué?

La idea de que el Covid-19 se fugara de Wuhan compromete al responsable estadounidense de pandemias ¿Quién financia el laboratorio y por qué?

Tras un año de intensas investigaciones, el Covid-19 sigue sin identificarse en ningún animal. Sin embargo, la transmisión entre animales y humanos sigue siendo una de las hipótesis más sólidas: el coronavirus se transmitió de los murciélagos a los humanos a través de un huésped intermedio. No sería la primera vez que ocurre.

En el caso del síndrome respiratorio de Oriente Medio, los camellos fueron probablemente el huésped intermedio. En lo que respecta al virus actual, los pangolines, unos osos hormigueros con escamas que se venden de forma ilegal en el mercado de Wuhan, podrían ser el huésped, aunque esta hipótesis requiere pruebas más sólidas. 

La idea de que el virus se habría fugado de manera accidental de un laboratorio biológico de máxima seguridad, nivel de bioseguridad 4 (BSL-4), en el Instituto de Virología de Wuhan (WIV) comenzó a circular poco después del inicio de la pandemia. ¿Apoyaron los Estados Unidos este experimento?

Los EEUU financiaban al laboratorio de Wuhan epicentro del coronavirus. Concretamente, proyectos de “ganancia de función”

Esta posibilidad ha vuelto a resonar en las últimas semanas, lo que deja al doctor Anthony Fauci, director del Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas (NIAID), en una situación complicada.

Hay periódicos que afirman que el país estaba financiando a este laboratorio de investigación y que los proyectos que se impulsaban allí se centraban en los denominados estudios de ganancia de función. Un artículo de opinión publicado en el Wall Street Journal afirma que el NIAID podría haber apoyado algunos de estos experimentos que se estaban llevando a cabo en el WIV. 

Si bien es cierto que los experimentos de ganancia de función pueden tener ventajas, también presentan ciertos riesgos.

¿Pero qué son los estudios de ganancia de función? Aunque es un término que a veces se emplea en general para referirse a los estudios de «ganancia de función» de las proteínas, en términos médicos se asocia a la investigación sobre los virus. El objetivo es crear un virus con nuevas propiedades que lo hagan más patógeno o más transmisible a humanos. 

Tradicionalmente, este tipo de cambios se basaban en el cultivo del virus en células animales o humanas.

Recientemente, se han producido importantes avances en los modelos animales y en las técnicas de biología molecular para realizar cambios precisos en la genética viral.

Este proceso puede llevar a la generación rápida de nuevos virus (a diferencia de la evolución natural de los virus, que tarda varios años) que se adapten mejor a los seres humanos, lo que puede alterar su virulencia y su capacidad de transmisión. 

Predecir nuevas pandemias 

La razón de ser de este tipo de investigación es que, al aislar estos nuevos virus, los investigadores pueden identificar los cambios específicos en el genoma que son responsables de las nuevas características. Estos conocimientos podrían permitir a los científicos predecir mejor la llegada de nuevas pandemias.

Y podría ayudar a su vez a los científicos a desarrollar vacunas y tratamientos adaptados a los nuevos agentes infecciosos. Sin embargo, el principio en el que se basa la investigación sobre la ganancia de función ha sido ampliamente cuestionado en la última década. 

Un ejemplo clásico y a menudo citado, que preocupa a muchos científicos, es la investigación de Ron Fouchier y Yoshihiro Kawaoka sobre el peligrosísimo virus de la gripe aviar H5N1.

Con una técnica que permitía pasar el virus de un hurón a otro una y otra vez, estos investigadores lograron crear un virus de la gripe H5N1 que podía transmitirse a la especie a través de aerosoles. El estudio fue ampliamente debatido y la investigación acabó por suspenderse.

El Gobierno estadounidense incluso instó a las revistas científicas a no publicar sus resultados completos, argumentando que la información podría ser utilizada por bioterroristas. La investigación se reanudó en 2013. 

La investigación de la ganancia de función tiene el potencial de ayudar a prevenir la transmisión de animales a humanos de un virus con potencial pandémico.

Sin embargo, este tipo de investigaciones deben llevarse a cabo en laboratorios de alta seguridad, como los denominados BSL-4. Estos laboratorios están construidos para proteger al personal y a los investigadores frente a infecciones y evitar fugas de organismos. Sin embargo, los documentos de los funcionarios de la embajada de los EEUU han revelado que las normas de bioseguridad del laboratorio BSL-4 del WIV no eran lo suficientemente rigurosas.

Además, varios investigadores han sugerido que los estudios de ganancia de función del instituto sobre los coronavirus de los murciélagos eran arriesgados y podían ser perjudiciales para los humanos si había fuga. 

Una hipótesis seria 

Así, la hipótesis de que el Covid-19 se originó en una fuga del laboratorio de Wuhan se está tomando en serio, aunque un comité formado por la OMS que visitó las instalaciones llegó a la conclusión de que no había pruebas que apoyaran un origen humano del virus. Varios científicos destacados cuestionaron que China estuviera siendo totalmente transparente en aquella visita. 

En una entrevista del pasado 11 de mayo, Fauci pidió una investigación más exhaustiva sobre los orígenes del virus. El 26 de mayo, el presidente de estadounidense, Joe Biden, dio instrucciones a sus agencias de inteligencia para que redoblaran la investigación sobre una posible fuga del virus.

También se han presentado nuevas pruebas en diferentes medios de comunicación: el Wall Street Journal reveló recientemente que varios investigadores del WIV enfermaron en otoño de 2019 con síntomas similares «tanto al Covid-19 como a las enfermedades estacionales comunes» y que al menos tres de ellos fueron hospitalizados. 

La OMS, Biden y Fauci, entre otros, piden que se siga investigando esta hipótesis y los estudios de ganancia de función en coronavirus animales en el WIV resultan fundamentales para estas investigaciones. 

Aunque es posible que nunca se llegue a obtener una prueba concluyente sobre los orígenes del virus, los últimos acontecimientos plantean nuevas preocupaciones sobre los experimentos de ganancia de función en general y pueden llevar a una reevaluación tanto del enfoque experimental como de las normas de seguridad de los laboratorios que lo emplean. ● Un artículo de The Conversation a través de Reuters Media

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