Invertir tras la guerra

EDITORIAL ● Un alto el fuego en Ucrania no resolverá los problemas que arrastra la economía. Los mercados ya caían por los temores financieros

Cuando los mercados están peligrosos, como en estos momentos, se suele decir que invertir es como intentar coger un cuchillo en el aire. Es muy arriesgado, por lo que las posibilidades de cortarse son muy elevadas.

La extrema volatilidad que azota a las bolsas y la falta de visibilidad sobre el conflicto bélico convierten al parqué en territorio minado, solo reservado para los inversores más expertos y de perfil muy arriesgado, que pueden sacar partido a las operaciones a corto plazo. Para el resto, la prudencia debe guiar sus movimientos hasta que se despejen las incertidumbres.

Por eso, en este número de Inversión hemos optado por dar pistas a los lectores sobre las estrategias que se pueden poner en práctica cuando termine la guerra. Para ello hemos analizado el comportamiento de diferentes activos en anteriores conflictos bélicos y la proyección que se puede esperar a seis meses y a un año. 

Es verdad que invertir tras las guerras suele ser rentable. Pero hay un factor que separa la línea del éxito y el fracaso: la salud de la economía. Cuando los conflictos bélicos se desarrollan con una economía vulnerable, la estrategia de salida es más compleja. Y ahora parece que estamos en una situación parecida.

Los mercados ya caían antes de la invasión de Ucrania por los temores económicos. Y el fin de la guerra no acabará con ellos.

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