Repsol y su privatización a plazos

¿RECUERDAS? ● EN marzo de 1992, Repsol daba otro paso en su privatización. A partir de ese momento, la petrolera dejaba de tener mayoría pública

Repsol, el blue chip español del oro negro, se enfrentaba de nuevo, en 1992, a la papeleta, siempre complicada, de atraer el ahorro de los españoles. Los analistas internacionales de prestigio no escatimaban piropos para la compañía presidida entonces por Óscar Fanjul, incluso antes de conocerse en profundidad las condiciones de la oferta de sus títulos, por la que Repsol iba a privatizar entre un 16 y un 20 por ciento de su capital. 

Portada de Inversión del 20/MAR/1992

Tras esta nueva privatización parcial, Repsol dejaba de tener mayoría pública en su capital, ya que el Instituto Nacional de Hidrocarburos (INH), que en esos momentos poseía el 66,5 por ciento, rebajaba su presencia en la sociedad hasta el 46,5 por ciento. Repsol ya había sacado en mayo de 1989 casi 80 millones de acciones, que representaban un 26,5 por ciento del capital de la sociedad. Estos títulos se colocaron a 1.700 pesetas. 

Los accionistas que acudieron a aquella masiva oferta de papel y que no vendieron sus títulos consiguieron jugosas plusvalías, ya que la cotización, tres años después, estaba muy cerca de las 2.900 pesetas.

La revista Inversión analizó en sus páginas si era interesante para los inversores acudir a esta nueva privatización de Repsol. Si la oferta era de acciones viejas, cualquier precio inferior a las 2.900 pesetas sería considerado como «razonablemente bueno».

Si la operación se realizaba mediante títulos canjeables, todo dependía de las oportunidades del canje, de su fecha y del descuento que ofreciera sobre la cotización de la acción. En este caso, la calidad de la oferta variaría según evolucionara el precio de la acción en bolsa en los siguientes meses. 

En la anterior colocación hubo prorrateos en la adjudicación de títulos, dado el elevado atractivo de la oferta.

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